miércoles, 24 de julio de 2013

La lengua del Tercer Reich, de Victor Klemperer



Por muchos libros que se lean o muchos documentales que se vean sobre el Tercer Reich, algo en esta ideología criminal sigue permaneciendo incomprensible. La magnitud de su maldad (que no se puede despachar considerándola como “locura”), la amplitud de su influjo sobre las masas (que va más allá del poder de la propaganda) o el seguimiento incondicional a principios diabólicos (que la “banalidad del mal” no explica en absoluto) son solo algunos aspectos que 70 años después de la llegada de Hitler al poder y miles y miles de documentos de investigación no han conseguido desentrañar por completo.

Podría parecer que el libro de Victor Klemperer La lengua del Tercer Reich (LTI) se ocupa de un tema marginal, como es el estudio filológico, dentro del vasto campo de los estudios del nazismo. Pero en realidad su penetración es tan profunda que llega a las entrañas del monstruo. LTI no es solo una recopilación de palabras y expresiones utilizadas y manipuladas por los nazis para imponer una “cosmovisión” (termino de su predilección), sino que dibuja un limitado pero preciso panorama de la vida bajo la opresión totalitaria.



LTI se puede leer también como una autobiografía. Aunque Klemperer trata de no centrarse en sí mismo, y ni tan siquiera en la tragedia judía, la lectura de su libro es una matizada descripción de sus propias vivencias durante los 12 años de nazismo. Los detalles de la vida cotidiana que en otras circunstancias se dejarían pasar por intrascendentes, en estas circunstancias se transforman en evidencias de una nueva e incomprensible existencia, siempre al borde del colapso.

Como no podía ser de otra manera, las anotaciones filológicas de Klemperer son brillantes (y nos gustaría destacar la esmerada traducción de Adan Kovacsics). Desde el estudio de los signos de puntuación (frente a lo que podría parecer, los nazis no tenían preferencia por las exclamaciones, sino el entrecomillado irónico), hasta la topografía (basada en una mitología germánica no menos fantasiosa que las pretendidas bases científicas de su racismo). Pero LTI no es un libro para especialistas. Es un libro fascinante que, a través de las palabras, ayuda a comprender un poco mejor un fenómeno por lo demás inefable.


Editorial Minúscula

Traducción de Adan Kovacsics

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