jueves, 9 de octubre de 2014

Mire al pajarito, de Kurt Vonnegut


Aunque en esta edición de Mire al pajarito no hay ninguna indicación sobre la fecha en la que los cuentos aquí reunidos fueron escritos por Kurt Vonnegut, no cabe ninguna duda de que estamos en los años 50. Esa mezcla de serenidad superficial que esconde los secretos más turbios de la sociedad queda patente en cada uno de los relatos, y aunque la mayoría de ellos tienen un final feliz (lo que por otra parte no deja de ser sorprendente en sí mismo), de fondo queda patente una insatisfacción profunda, manifestada por ejemplo en El rey y la reina del universo, ambientado no por casualidad en los años de la Gran Depresión.

Por algún motivo no explicado, los relatos que conforman Mire al pajarito solo se publicaron tras la muerte de Vonnegut. Este misterio tiene una doble vertiente: en primer lugar, Vonnegut era un escritor “profesional” en el más estricto sentido: publicaba para poder vivir, lo que hace extraño que desechara estos cuentos sin tener un buen motivo. Y este es el otro misterio, ya que se trata de cuentos si no geniales, a menudo brillantes; irregulares, es cierto, pero bien construidos y siempre con algún elemento que provoca sobresaltos en el lector, algo que los hace diferentes.





El Key Club de Ed Luby es el más extenso de los relatos y uno de los mejores. Con una estructura y un ritmo que recuerda al mejor William Irish, nos adentramos en una ciudad corrupta a sus más altos niveles y seguimos las peripecias de una inocente pareja que se ve inmersa en una pesadilla donde la injusticia es la ley. Otros relatos se apartan del tanto del realismo social como de las historias detectivesca y se adentran en terrenos más fantásticos, como el hipnótico Salón de espejos, o cae en el simbolismo de la Guerra Fría, que hoy puede sonar un poco forzado, caso de Las hormigas petrificadas.

También hay en el libro sus buenas dosis de humor negro, como en el cuento que da nombre a la colección, y junto a algunas historias un poco banales, como El honor de un repartidor de periódicos, las hay realmente logradas, caso de la inquietante Las personitas simpáticas, y otras en apariencia sencillas pero muy ingeniosas y ligeramente psicóticas, como Gotitas de agua. Mire al pajarito no es uno de los títulos por lo que Vonnegut será recordado, pero aparte de ser un libro con valor propio, sirve para conocer algunos aspectos del autor que no se ajustan a la imagen que tenemos de él, y por lo tanto contribuyen a enriquecer su legado.

Editorial Sexto Piso
Traducción de Jesús Gómez Gutiérrez

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