viernes, 12 de diciembre de 2014

El Secreto de las Fiestas, de Francisco Casavella


El Secreto de las Fiestas lo tiene todo para convertirse en una novela de culto. Porque si en apariencia puede pasar por una novela juvenil más, de esas con adolescentes que se sienten raros, en realidad es un prodigio en el que Francisco Casavella puso lo mejor de sí mismo. No es de extrañar que, partiendo de una primera versión más convencional, quisiera darle un nuevo toque. Al igual que el propio lector, el autor se dio cuenta del material explosivo que tenía entre manos, y vaya que no desaprovechó la oportunidad.

Por supuesto, lo primero que habría que destacar es el humor. Los hallazgos cómicos son constantes y de una irreverencia liberadora. Daniel, el chico que nunca sonríe, y mucho menos es capaz de reírse, sin embargo tiene el don de provocar carcajadas continuas. Su visión de la realidad está tan distorsionada que cuando intenta reflejarla provoca un absurdo irresistible. No es casualidad que en algún momento su padre le compare con Buster Keaton: comparte con este genio la misma impasibilidad ante todo lo que le rodea, y así multiplica el efecto cómico. 




Daniel, el raro, el gallego, tiene una voz tan personal como identificable. A lo largo de las páginas del libro va descubriendo el mundo como si nadie antes que él hubiera pasado por esos hitos que marcan el carácter y el destino. Su expresividad es ya de por sí todo un logro. Casavella le dota de una verborrea dinámica y brillante, que sin embargo no suena impostada. El lector atento descubrirá multitud de claves y referencias casi ocultas, que transforman una novela de formación en una experiencia única.

Sería fácil buscar parecidos con personajes míticos de la literatura adolescente, como Holden Caulfield, o quedarse en la evocación de un periodo (finales de los 70) y unos lugares (la Barcelona “moderna”), pero El Secreto de las Fiestas no es una novela limitada por sus referentes. Es una obra tan personal que nos parece ver a Casavella mucho más allá de su breve cameo. Y cuando un autor sabe contar una historia que tiene tan dentro, sin necesidad de que haya en ella atisbo alguno de autobiografía, es capaz de escribir un libro que no pasará de moda.

Editorial Debolsillo

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