martes, 26 de agosto de 2014

Lady Susan / Los Watson, de Jane Austen


Publicada de manera póstuma, Lady Susan no está entre los libros más conocidos de Jane Austen, y sin embargo valdría por sí mismo para situarla entre las autoras más relevantes de la literatura inglesa del siglo XIX. Hay tal maestría literaria en esta breve novela epistolar, tal dominio del sobreentendido y los dobles sentidos, tal humor incandescente, que el lector se verá abrumado por los numerosos niveles de lectura propuestos.

La interpretación superficial de la que a menudo ha sido víctima Austen podría llevar a considerar Lady Susan como una de esas novelitas sobre casamientos (en una entrevista reciente, el muy inteligente Richard Dawkins decía no haber leído ninguna novela de Austen por no ser capaz de interesarse en asuntos de dotes ni en saber quién se casa con quién: qué malinterpretada ha sido la literatura de Austen y cuántos prejuicios emborronan su imagen). Pero en realidad se trata, como es habitual en la autora, de un retrato de caracteres complejos, de una intriga desarrollada con genialidad y de un festín de ingenio.




La protagonista del libro, esa Lady Susan maquiavélica, manipuladora e hipócrita, recuerda inevitablemente a la Becky Sharpe de La feria de las vanidades (al parecer tanto Austen como Thackeray se inspiraron en el mismo personaje real, un prima de Austen). Ambas comparten el mismo encanto, la misma capacidad para atrapar a sus victimas gracias a su belleza y su retórica. Y qué habilidad demuestra Austen para reflejar este juego de insinuaciones, planes diabólicos y cinismo enfrentados a la inocencia y el romanticismo.

Pero es que, como siempre, Austen va más allá. Porque si el entramado epistolar da para que el lector sea consciente en todo momento del doble juego que se trae Lady Susan, la realidad puede ser todavía más retorcida. Así, los personajes “buenos”, como la señora Vernon, de hecho harían uso de las mismas artimañas que la malvada Susan, aunque con fines mucho más nobles. Y qué decir de cuando Austen se pone directamente cáustica y hace que sus personajes declaren de manera indirecta pero sin dejar dudas su lado más mezquino.

En esta edición, Lady Susan viene acompañada por Los Watson, novela que Austen dejó incompleta. Para cualquier devoto de la autora será una tentación irresistible indagar en este proyecto e imaginarse lo que pudo haber sido, pero lo cierto es que tal y como nos ha llegado no pasa de ser una curiosidad sin entidad propia, un esbozo que nos suena familiar pero que finalmente resulta prescindible.

Editorial Alba
Traducción de Marta Salís

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