jueves, 15 de octubre de 2015

Memoria del vacío, de Marcello Fois


Los referentes de Marcello Fois en Memoria del vacío, algunos explícitos, otros tácitos, son tan evidentes como ambiciosos. Desde las tragedias clásicas y la Biblia hasta Faulkner o García Márquez, las páginas de la novela se llenan de ecos que, si algo demuestran, es que al autor no le falta arrojo. Cierto que no sería difícil encontrar una continuidad entre las obras citadas, y así Faulkner era devoto (literario) de la Biblia y García Márquez le debe mucho al escritor norteamericano, pero solo plantearse dar continuidad a esta línea ya exige un punto de locura.

Y si pretender estar a la altura de estas influencias ya parece una inconsciencia, crear un mundo en el que convive la grandeza fundacional de la representación artística con una historia más o menos contemporánea parece una empresa destinada al fracaso. No es el primer intento ni será el último, pero un autor tiene que estar muy seguro de su capacidad para enfrentarse al reto, para ponerse a crear un mundo desde la cenizas.




Pero Fois no se limita a combinar estos elementos de manera caprichosa, sino que los asimila para ofrecer una visión personal, sobre todo marcada por Cerdeña, esa isla cerrada y misteriosa, propicia para las leyendas y las fábulas. Memoria del vacío es una novela telúrica en la que la fuerza del ambiente marca tanto como la inevitabilidad del destino. La historia del bandolero Stocchino solo podría tener lugar en Cerdeña, y a la vez es universal.

Para contar la tragedia de este personaje inmortal (en más de un sentido), Fois recurre a multitud de voces, a menudo difícilmente identificables. La cronología, el punto de vista, la lógica, son puestos en duda a cada página, formando una narración que sin esquivar los límites de la construcción clásica es capaz de saltar de un tono a otro con la mayor naturalidad, imponiendo el estilo sobre la anécdota.

Editorial Hoja de Lata

Traducción de Francísco Álvarez

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