Por muchos libros que se
lean o muchos documentales que se vean sobre el Tercer Reich, algo en
esta ideología criminal sigue permaneciendo incomprensible. La
magnitud de su maldad (que no se puede despachar considerándola como
“locura”), la amplitud de su influjo sobre las masas (que va más
allá del poder de la propaganda) o el seguimiento incondicional a
principios diabólicos (que la “banalidad del mal” no explica en
absoluto) son solo algunos aspectos que 70 años después de la
llegada de Hitler al poder y miles y miles de documentos de
investigación no han conseguido desentrañar por completo.
Podría parecer que el
libro de Victor Klemperer La lengua del Tercer Reich (LTI) se ocupa
de un tema marginal, como es el estudio filológico, dentro del vasto
campo de los estudios del nazismo. Pero en realidad su penetración
es tan profunda que llega a las entrañas del monstruo. LTI no es
solo una recopilación de palabras y expresiones utilizadas y
manipuladas por los nazis para imponer una “cosmovisión”
(termino de su predilección), sino que dibuja un limitado pero
preciso panorama de la vida bajo la opresión totalitaria.
LTI se puede leer también
como una autobiografía. Aunque Klemperer trata de no centrarse en sí
mismo, y ni tan siquiera en la tragedia judía, la lectura de su
libro es una matizada descripción de sus propias vivencias durante
los 12 años de nazismo. Los detalles de la vida cotidiana que en
otras circunstancias se dejarían pasar por intrascendentes, en estas
circunstancias se transforman en evidencias de una nueva e
incomprensible existencia, siempre al borde del colapso.
Como no podía ser
de otra manera, las anotaciones filológicas de Klemperer son
brillantes (y nos gustaría destacar la esmerada traducción de Adan
Kovacsics). Desde el estudio de los signos de puntuación (frente a
lo que podría parecer, los nazis no tenían preferencia por las
exclamaciones, sino el entrecomillado irónico), hasta la topografía
(basada en una mitología germánica no menos fantasiosa que las
pretendidas bases científicas de su racismo). Pero LTI no es un
libro para especialistas. Es un libro fascinante que, a través de
las palabras, ayuda a comprender un poco mejor un fenómeno por lo
demás inefable.
Editorial Minúscula
Traducción de Adan Kovacsics
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