martes, 19 de noviembre de 2013

Cartas a Theo, de Vincent van Gogh


Si para alcanzar fama como pintor, Vincent van Gogh tuvo que esperar hasta después de su muerte, e incluso una década más, para su apreciación como escritor parece que un siglo no ha sido suficiente. Y es seguro que nunca será tan apreciado en esta faceta, pero poco a poco la profundidad y humanidad de su voluminosa obra epistolar va ganando admiradores.

Cartas a Theo es una selección de las correspondencia que mantuvo con su hermano a lo largo de 17 años, desde sus inicios como misionero cristiano hasta la última carta que escribió en su lecho de muerte. Aunque hay extractos de todo este periodo, la muestra más abundante es la que se centra en su estancia en Arlés durante un año, una año de explosión creativa, pero también de derrumbe mental.




Las cartas de Van Gogh se podrían tomar como una lista de consejos para un joven pintor. Su preclaro entendimiento de los grandes maestros, su pasión por el estudio y el trabajo, su dedicación monacal por el arte, sus reflexiones sobre el oficio de pintor. Vincent se muestra tal cual es, confuso, decidido, siempre aprendiendo, siempre dando un paso más allá. Y, por supuesto, cuando habla de arte, de lo que habla es de la vida.

También hay una importante advertencia en estas cartas. A cualquier artista le gustaría ser “un Van Gogh”, un genio creativo admirado por todo el mundo. Pero ¿cuánta gente estaría dispuesta a tener la vida de sacrificios, soledad y desilusión permanente que tuvo Vincent para alcanzar esa gloria postuma?


Alianza Editorial
Traducción de Francisco de Oraá

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