viernes, 20 de noviembre de 2015

Con lo puesto, de Alan Bennett


Con lo puesto es uno de esos libros que no solo pueden leerse del tirón, sino que también parece estar escrito de una sentada. Y no porque en él Alan Bennett no haya incluido, detrás de una aparentemente simple anécdota, una rica historia de múltiples interpretaciones, sino porque la fluidez del estilo, la armonía con la que está desarrollada la peripecia, es tan natural que se diría que surge casi sin esfuerzo.

Como pasa con todas las novelas cortas y los cuentos de de Bennett, se trata de una lectura feliz, lo que se suele calificar como "deliciosa", aunque también es cierto que detrás de su aparente ligereza y su buen humor se esconde un retrato a menudo incómodo. En Con lo puesto nos encontramos con una pareja mal avenida que ve trastocada su rutina de aburrimiento y ritos monótonos cuando un día, al volver de la ópera, se encuentran con su casa totalmente desvalijada.




Sus protagonistas se ven ante una oportunidad de partir de cero, de dar algo de color a una vidas grises y cuya única perspectiva es la extinción. Por eso, al final, solo pervivirá quién ha conseguido ver que en su existencia puede haber algo más que sumisión e hipocresía. No se trata de un alegato de Bennett en contra del conformismo, es un autor demasiado sutil para caer en el buen rollo sentimental, pero sí una historia sobre la rebelión íntima y la bondad.

A fin de cuentas, toda la literatura de Bennet trata sobre personas normales a las que un incidente de apariencia mínima les transforma la vida. Son encuentros inesperados, situaciones excepcionales, revelaciones repentinas, que de golpe y sin avisar hacen replantearse a sus protagonistas todas sus convicciones. Y, ante todo, triunfa la admirable voluntad de Bennett por hacer de la lectura un placer desprejuiciado, quizá su apuesta más arriesgada.

Editorial Anagrama

Traducción de Jaime Zulaika

No hay comentarios:

Publicar un comentario