Cuando a finales de los
años 60 Gonzalo Torrente-Ballester escribió Off-side la literatura
que más se llevaba era la denominada “social”, ocupada de temas
cotidianos y con una preocupación política que en cierta medida
sacrificaba el aspecto artístico de la literatura en beneficio de un
compromiso histórico. Se trataba de una opción perfectamente
válida, aunque también abundaron casos de oportunistas sin talento
que se subían a la ola. En cualquier caso, la obra de Torrente
Ballester no podía ser más ajena a estas corrientes y en Off-side
demostró con brillantez que desde la pura literatura se puede
reflejar una sociedad decadente y corrupta de manera mucho más
efectiva que desde posiciones dogmáticas.
De hecho, parte de
Off-side se puede leer como una parodia de estas novelas sociales,
pero desde luego no es lo más importante. Desde una posición de
complejidad moral que nada tiene que ver con el moralismo, lo que GTB
retrata es la traición, el engaño y, sobre todo, el
arrepentimiento. A través de unos personajes miserables (en sus
variados sentidos) describe un mundo oscuro y repleto de trampas, en
el que pese a todo puede sobrevivir la honradez. Pero a un precio
muy alto.
La trama caleidoscópica
encaja de un manera prodigiosa. Si en un principio el collage parece
arbitrario, poco a poco las piezas encuentran su lugar y todo se
resuelve de una manera elegante. Pero GTB no se muestra menos diestro
en la redacción de diálogos. Su peculiar método de composición le
permitía recrear unas conversaciones ágiles y agudas que parecen
casi teatrales en su inmediatez, y al mismo tiempo de una altura
intelectual de primera categoría.
Algo grandioso en Off-side
es su descripción del Madrid de la época. A veces GTB se olvida de
sus presupuestos modernistas y se deja llevar por la pura
descripción, casi constumbrista. Los amaneceres y los anocheceres de
la ciudad dibujan un expresionista retrato de una ciudad aborrecible
y embrujadora. GTB recurre de manera magistral a una cáfila de
personajes con unas pocas frases, a unos brochazos sobre las calles
de la ciudad para perfilar un mundo pasado pero todavía reconocible.
Alianza Editorial
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