lunes, 16 de septiembre de 2013

Incidentes, de Kate Atkinson


Pese a que el título original no tiene nada que ver (One turn, un favor), Incidentes, el elegido para la edición española de este libro de Kate Atkinson, no está mal seleccionado. Porque, efectivamente, un simple y cotidiano incidente como es un leve accidente de tráfico, es el que desencadena una compleja trama con numerosas derivaciones que causarán varios cadáveres en los únicos cuatro días en los que se desarrolla la historia.

Atkinson sitúa la acción en un lugar siempre sugerente, un Edimburgo que parece escenario propicio para los misterios y los encuentros imprevisibles, y en un periodo especialmente novelesco, como es el famoso festival teatral de la ciudad, que reúne a todo tipo de personas y facilita una mezcla humana de amplias posibilidades dramáticas. El inicial “incidente” da pie a una variada descripción desde el punto de vista de varios personajes que solo han visto el suceso de manera parcial y que van dando al lector una información destilada.




Todo este arranque es brillantísimo y adquiere una velocidad vertiginosa en la que el lector necesita ir completando los datos que se le van suministrando. A la vez que se van conociendo más detalles de una historia, se abren nuevos enigmas en apariencia dispersos, pero que se intuye que convergerán en algún momento. También los personajes irán adquiriendo consistencia y pasan del arquetipo (el escritor culposo y deprimido, el ex todo fuerte por fuera y delicado por dentro, la policía en la cuerda floja) a convertirse en seres reales por los que nos preocupamos.

Lejos de ser una novela de detectives facilona (como las que escribe uno de sus protagonistas), Incidentes es un libro perfectamente armado y con algunos recursos literarios realmente efectivos, como ese uso de diálogos medio enunciados medio narrados, o un uso ejemplar en el tempo de la acción y en la dosificación de la información. Quizá el punto más candente de la narración llega demasiado pronto y en el desenlace queda cierta sensación de descenso de la temperatura, de falta de un clímax dramático. Pero Atkinson todavía se ha reservado alguna sorpresa.

Editorial Circe
Traducción de Patricia Antón


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