Con el paso del tiempo, la
mayor debilidad de W. Somerset Maugham quizá se haya convertido en
su mejor cualidad. Como le pasa a muchos escritores británicos, una
vez enfrentado a los grandes temas, su incapacidad para tomarse nada
en serio hace que prevalezca la ironía y que lo que podría haber
sido una gran novela se quede en novelita.
En sus obras más
ambiciosas, como El filo de la navaja o Servidumbre humana, Maugham
apartó ese pudor en busca del “gran tema”, y por eso hoy estas
novelas son más difíciles de apreciar. Pero cuando cubría sus
narraciones con un velo de sarcasmo y las inyectaba con buenas dosis
de superficialidad, las dotaba de un encanta que todavía perdura.
La esposa imperfecta
(traducción libre de Cakes and Ale) es una muestra del mejor Maugham
(al parecer era su novela preferida). Como novela en clave ya no
tiene mucho sentido, pues muchos de sus personajes son difíciles de
identificar, pero como relato de los cambios de una sociedad
encorsetada y como retrato de unos personajes marginales y
transgresores, sigue teniendo plena vigencia.
La estructura de la novela
puede parecer deslavazada, llena de meandros y sin un punto focal
preciso. Pero es que lo más placentero de la lectura está en el
punto de vista de su narrador (una vez más, un trasunto de Maugham),
sus descripciones puntillosas y malvadas, sus caracterizaciones
siempre afiladas, su buen gusto y su manera de dar la vuelta a los
lugares comunes.
Editorial
Zeta
Traducción
de M. E. Antonini
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