Con tan solo siete guiones
llevados a la pantalla, Steve Tesich se convirtió en uno de los más
admirables escritores del Hollywood de los 80. El relevo sigue siendo
una de las más simpáticas producciones juveniles que recordemos; El
ojo mentiroso es un fantástico thriller; Georgia un retrato
apasionante de los 60; y, sobre todo, El mundo según Garp, una
adaptación modélica de un libro inadaptable (el propio Tesich,
después de terminar su trabajo, seguía apostando a que era una
empresa imposible).
Pero han tenido que pasar
casi 20 años desde la muerte de Tesich para que descubramos que
también era un novelista de primera categoría. Aunque el argumento
de Karoo está relacionado con el mundo del cine, su estructura y
amplitud nada tiene que ver con las de una película. Es decir, no se
trata del típico caso de producción que no llega a puerto y se
convierte en libro. La ambición de Tesich es construir una epopeya
americana, pero en tono menor. La ordalía de un ser detestable que
pasa por la vida haciendo daño y sin pretender enterarse de nada.
Karoo puede dar pena, pero
a nosotros no nos provoca simpatía. Se podría decir que para él el
mundo se ha convertido en una película, y lo que es peor, en una
mala película, una de esas que él contribuye a “arreglar” con
su trabajo de doctor de guiones. Karoo también necesita un público
que aprecie su actuación. Y un argumento coherente, a ser posible
con final feliz. Pero este mundo de fantasía y su incapacidad no ya
para decir la verdad, sino para comprender el concepto mismo de
verdad, le empujan por el despeñadero del autoengaño.
En los comentarios a Karoo
se incide sobre su humor, sobre su capacidad para arrancar carcajadas
de principio a fin. Es raro (y lamentable) que un libro de categoría
se valore especialmente por su comicidad, pero en el caso de Karoo
también nos parece extraño: cierto que es un libro muy divertido,
pero lo que queda en el fondo es una desesperación abismal, un
nihilismo sin redención. De hecho, en la última parte del libro hay
un cambio de punto de vista y un giro en el tono utilizado que
provoca un impacto brutal.
Editorial
Seix Barral
Traducción
de Javier Calvo
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