Hay una línea de sombra
en la que el costumbrismo se trasforma en surrealismo casi sin que
nos demos cuenta. Y es que la gente es muy rara. Por ejemplo, los
irlandeses. Todos tenemos una imagen precisa de los habitantes de la
Isla Verde (por usar uno de esos clichés a los que tanto juego
sacaba Flann O'Brien): son borrachuzos y siempre están en busca de
gresca. También resulta que tienen un talento en apariencia innato
para escribir. Como los leoneses.
Gracias a la editorial
Nórdica hemos podido
descubrir a un autor que, de tan irlandés, es completamente
diferente a cualquier otro. En La gente corriente de Irlanda podemos comprobar que es tan divertido que se sitúa al borde
de la locura; tan erudito que transforma la cotidianidad en epopeya
(sí, como otro ilustre autor irlandés); con tan buen oído que
hasta en la fantástica versión española de Antonio Rivero Taravillo podemos recoger los ecos de la forma
de hablar común, que no literaria, de sus compatriotas.
La gente es una recopilación de los mejores artículos que escribió
bajo el pseudónimo (otro, pues su verdadero nombre era Brian
O'Nolan) de Myles na gCopaleen. Y no deja de ser curioso que pese a
que los textos aquí recogidos sean de la primera mitad de los años
40, apenas haya referencias a la II Guerra Mundial (y las que hay son
bromas). No se trata de aislacionismo ni de ser ajeno a la realidad,
es que los irlandeses ya tienen mucho con lo suyo.
Es en esa parcela donde
vida cotidiana y absurdo se mezclan donde O'Brien se siente más
cómodo y donde el lector va de carcajada en sobresalto. Pese a la
diferencia de latitudes y los años pasados, muchos de los tipos
retratados por O'Brien siguen siendo reconocibles (al igual que sus
clichés, que son inmortales). Al leer estos artículos no sabremos
más sobre la época en la que fueron escritos, pero solo porque son
atemporales.
Editorial
Nórdica
Traducción
de Antonio Rivero Taravillo
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