Es
extraño que no se hable más de Jean-Patrick Manchette. En un momento de
eclosión del género negro en el que se está produciendo cierto
batiburrillo, no vendría mal reivindicar a un autor que supo
revitalizar la novela de detectives. Al parecer fue el propio
Manchette quien creo el término “neo-polar” para caracterizar un
tipo de novela negra que incluía preocupación social y una
indisimulada ambición política: elementos que han hecho del género
algo más que un pasatiempo intrascendente.
Pero
Manchette no era un simple escritor al servicio de una idea. Sin ir
más lejos, en Que d'os! (Un montón de huesos) incluye tanta dosis
de acción como podría exigir el lector más ávido de emociones.
Sin embargo, la parte de denuncia social está expresada de una
manera mucho más indirecta. La corrupción política y policial es
presentada como la cosa más natural del mundo, lo que por contraste
tiene unas implicaciones aún más explosivas. La sociedad está
podrida y nadie parece preocuparse por cambiar las cosas.
Por
eso Tarpon, el detective protagonista, es un héroe modesto. Uno de
esos marginados para los que “hacer lo que hay que hacer” se
convierte en una cuestión moral. En un desarrollo tan alocado como
coherente, Tarpon se verá rodeado de todo tipo de enemigos y contará
solo con la ayuda de unos pocos amigos comprometidos con la justicia.
En la mejor tradición del género, son los individuos los que tienen
que enfrentarse a organizaciones criminales. Y que este concepto
pueda chocar con las convicciones políticas de Manchette no parece
que le cause ningún problema. Es lo que tiene el desencanto.
Si
Manchette es capaz de escribir una novela política sin que se note,
otro de sus grandes valores es que también sabe escribir una novela
negra con todos los elementos que se esperan (cinismo, diálogos
afilados, tramas rocambolescas, violencia) sin caer en la fórmula.
Desde la ironía y el manejo de los recursos narrativos, el autor
consigue que el lector siga sorprendiéndose a cada nuevo enredo.
Porque Manchette, además de un extraordinario escritor, también era
uno de los mayores expertos europeos en el género. Se las sabía
todas, y aunque el lector piense que está a su altura, descubrirá
(para su gozo), que no es así.
Editorial
Gallimard
Edición en
castellano de Bruguera
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