lunes, 8 de junio de 2015

Ánima, de Wajdi Mouawad


Wajdi Mouawad es reconocido internacionalmente como uno de los grandes dramaturgos contemporáneos, pero de 2002 a 2012 se embarcó en la redacción de una ambiciosa novela que acabaría siendo Ánima. Aunque la huella de su teatro es evidente, sobre todo en lo que respecta a algunas obsesiones (la búsqueda de una explicación en el pasado que desentrañe un suceso traumático ya estaba en su obra más famosa, Incendios), en Ánima Mouawad demuestra que es un narrador muy dotado capaz de dominar los resortes de la novela con la misma soltura que los del teatro.

Además de algunos temas muy personales, en la escritura de Mouawad también es inmediatamente reconocible su expresividad a la hora de plasmar una violencia brutal, a veces tan excesiva que puede provocar el saltarse algunas líneas en las que la dureza y el horror expresado es tan explícito que a duras penas es soportable. Pero el autor tiene claro que para transmitir todo el dolor y la infamia no puede andarse con elipsis ni adornos: es tan directo y descriptivo no por sensacionalismo, sino para alcanzar el mayor impacto emocional, y bien que lo consigue.




Para narrar esta historia de violencia en la que el hombre pertenece a la más salvaje de las especies, Mouawad adopta precisamente el punto de vista de los animales. Desde gatos y monos hasta arañas o serpientes, cada breve capítulo de las dos primeras partes es relatado por estos personajes incidentales que cuentan lo que ven sin más juicio que el desagrado por una raza humana desnaturalizada y capaz de los crímenes más atroces. En la tercera parte será un perro el que tome las riendas de la narración, demostrando que la posible redención del hombre tiene su vía en el regreso a la naturaleza asilvestrada.

Antes de llegar a la mitad del libro parece que las desventuras de su protagonista ya no darán mucho más de sí, pero es que entonces se produce un quiebro inesperado que parte la novela en dos. Si Ánima comienza como una muy particular historia de crímenes y persecuciones, a partir de determinado momento se transforma en la peripecia de un hombre devastado que trata de conocer sus orígenes. Al final ambos hilos se entrecruzaran de manera tan convincente como explosiva, y ya solo quedará continuar con un inacabable viaje de expiación.

Editorial Destino

Traducción de Pablo Martín Sánchez

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