Puede
que en algún momento la reputación de John Steinbeck estuviera por
encima de su verdadera talla literaria (Buñuel ponía como ejemplo
que tuviera el premio Nobel para denunciar el expansionismo cultural
yanqui, ya que le consideraba un escritor de tercera), pero lo cierto
es que todavía hoy sus libros siguen sirviendo para configurar la
imagen que se tiene de los Estados Unidos, y aunque solo fuera por su
valor testimonial, títulos como Las uvas de la ira mantienen una
fuerza innegable.
En
Viajes con Charley en busca de Estados Unidos Steinbeck se propuso
volver a estar en contacto con las gentes de un país tan extenso y
extraordinario como el suyo, a tomar el pulso, como dirían los
políticos. Precisamente, Steinbeck había realizado un experimento
similar veinticinco años atrás, cuando Roosevelt empezaba a
impulsar una nueva política que cambiaría de arriba abajo el país.
Un cuarto de siglo después, en vísperas de la llegada al poder de
Kennedy, Steinbeck sentía que necesitaba volver a conocer la vida de
la gente normal, si no por otra cosa, como obligación de todo
escritor que se precie.
Pero
más allá de estos buenos propósitos, Steinbeck también sentía la
necesidad física de, ahora como dirían los músicos, regresar a la
carretera. Aunque no lo cuente en el libro, Steinbeck se sabía
enfermo y pensó que era su última oportunidad para, de alguna
manera, volver a sentirse vivo. Por eso el resultado final de Viajes
con Charley no es un estudio pretencioso, un intento
sobredimensionado de captar “la esencia” del país, sino un paseo
despreocupado en el que se va encontrando a personas singulares (como
todas) y paisajes de una trascendencia metafísica.
Al
parecer no todo lo contado en Viajes con Charley es rigurosamente
cierto, por decirlo suavemente. Pero en esta ocasión podemos tener
manga ancha con Steinbeck, pues está claro que el libro no pretende
ser un compendio fidedigno sobre la verdadera América, sino una
recolección de vivencias personales que el autor se podía permitir
reelaborar. Lo que queda es un simpático recorrido por un país en
perpetuo movimiento y cambio que está a punto de experimentar una de
las transformaciones más radicales de su historia. Y Steinbeck
estaba allí para certificarlo.
Editorial
Nórdica
Traducción
de José Manuel Álvarez Flórez
No hay comentarios:
Publicar un comentario