Plowart,
consciente de su superioridad respecto al resto de la humanidad y
para el que todo es absolutamente bueno o absolutamente malo (y entre
lo peor está la compasión y el humanismo), no duda a la hora de
cometer un asesinato para quitar de en medio a una persona que
obstaculiza su proyecto de construir un nuevo partido político que
le conducirá a la cima del poder. Un maquiavélico plan para
buscarse una coartada le llevará a una perdida isla del Canal, donde
se encontrará con otros personajes que le harán abundar en sus
convicciones misántropas. También se encontrará con una mujer
extraordinaria que le retará como nadie antes ha hecho. En una
novela bienintencionada sabemos lo que pasaría. En The Leap! no.
Aunque hoy en
día parezca increíble, la publicación en 1957 de The Leap! (en
esta primera edición con el título de The Divine and The Decay)
supuso un escándalo mayúsculo que terminó con la destrucción de
la mayoría de los ejemplares impresos y la lógica revalorización
de los escasos libros supervivientes. Hasta 1984 no se produjo una
nueva reimpresión del libro de Bill Hopkins (gracias al proyecto de
una adaptación cinematográfica, que nunca llegó a realizarse), lo
que ha hecho más accesible una novela que, por una vez, sí que
tiene bien ganada la fama de maldita.
¿Y qué tiene
de tan abominable esta novela para que una campaña pública exigiera
su desaparición de la faz de la tierra? En resumen, que su
protagonista se podría tomar como un fascista. Y no es exactamente
así (aunque a los inquisidores tampoco se les va a exigir matices),
pero aunque lo fuera, ¿esto también justificaría la prohibición
de El extranjero porque su protagonista es un asesino amoral?
Los pensamientos y acciones de Plowart son ciertamente abominables,
pero en el fondo, y de manera muy retorcida, estimulantes. Y aunque
no lo fueran.
Hopkins, con una
escasa obra (lo que, dados los acontecimientos, no es de extrañar),
perteneció al movimiento de los Jóvenes Airados que en los años 50
trataron de sacudir la polvorienta escena cultural británica con
mucha rabia y talento disperso. Si este grupo se caracterizaba por su
preocupación social y un estilo realista, Hopkins opta por la
literatura filosófica y no se arrendra antes los “grandes temas”:
The Leap! es lo que se suele considerar una novela de ideas,
muy influida por Nietzsche y tan incómoda como chocante.
Editorial
Deverell & Birdsey
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