Este Ángeles rebeldes,
por ejemplo, fue publicado en 1981, pero si no conociéramos este
dato, nos sería difícil situar su acción en una época
determinada. A esta sensación de atemporalidad contribuye el hecho
de que la acción se desarrolle en una universidad, espacio aislado y
cerrado como pocos.
Sin embargo, de lo que no
hay ninguna duda es de que su autor es Davies. Enseguida reconocemos
sus personajes complejos y algo excéntricos; su querencia por las
tramas en las que lo banal (un testamento, cliché novelístico donde
los haya) se convierte en una cuestión trascendental. Y no en un
sentido puramente especulativo o grandilocuente, sino lleno de vida.
Porque los personajes de
Davies son reconociblemente humanos. Con sus grandezas y miserias,
sus confesiones desprejuiciadas y sus ambiciones muy terrenales. Y
todo ello transcurre con una naturalidad que solo un gran novelista
sabe cómo alcanzar. Lo más extraordinario sucede de la manera más
cotidiana, como sin querer llamar la atención. Así, el lector llega
al final de la narración casi sin darse cuenta, abstraído del mundo
e inmerso en una realidad que puede ser mucho más poderosa. Por
suerte, Ángeles rebeldes es solo la primera parte de la Trilogía de
Cornish.
Editorial
Libros del Asteroide
Traducción
de Concha Cardeñoso
No hay comentarios:
Publicar un comentario