Situar como protagonista
de un libro “cómico” a una persona totalmente deprimida y a la
que no paran de sucederle cosas horribles parece una elección
arriesgada. Sobre todo si, como es el caso de La espantosa intimidadde Maxwell Sim, no se trata de machacar a ese protagonista o burlarse
de él, sino de llegar a comprenderlo y acompañarlo.
Por eso, aunque la novela
de Jonathan Coe entronca con una larga tradición británica que
lleva a Caída y auge de Reginald Perrin y mucho más allá, y que se
podría calificar como “la ridícula crisis de mediana edad
masculina”, en realidad se trata de algo mucho más ambicioso, en
el mejor sentido de la palabra. No es solo pasar el rato
ridiculizando a alguien, sino seguir su viaje sentimental por los
lugares, recuerdos y personas que han contribuido a formar su
personalidad.
En algún momento de la
novela se puede temer que Coe caíga en el simbolismo, en convertir a
Maxwell Sim en una metáfora de la decadencia de Inglaterra. Pero por
suerte la tentación pasa de largo, porque ninguna vida es una
metáfora de nada. Por cierto, que la evocación de John Fowles y La
mujer del teniente francés también se deja ver en la coda de la
novela, en nuestra opinión innecesaria. Puede parecer un juego
estimulante, pero queda un poco así.
Editorial
Anagrama
Traducción
de Javier Lacruz
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