jueves, 8 de enero de 2015

El hada carabina, de Daniel Pennac


Daniel Pennac es conocido por su labor en pro del fomento de la lectura (como queda de manifiesto en su famoso decálogo con los derechos del lector), pero no se nos ocurre un mejor medio para favorecer la difusión de la literatura que sus propios libros. Sin ir más lejos, las novelas protagonizadas por Malaussène son una invitación a descubrir un tipo de historias que sin condescendencia ni superioridad se dirige a todo tipo de públicos y que es capaz de fascinar a aficionados muy diversos.

En El hada carabina nos encontramos con las mejores características de su estilo: esos personajes estrambóticos que pueblan el barrio de Belleville, en el que se mezclan policías travestidos de ancianas vietnamitas con traductores yugoslavos de clásicos latinos, junto a la extensa familia Malaussène, repleta de niños y abuelos (aunque sin padres); esos argumentos enloquecidos en los que una investigación criminal se ve sazonada por apuntes sociológicos; y, sobre todo, un sentido del humor que no se detiene ante nada.




Pennac es dicharachero, burlón, despreocupado ante las formas más recias de la construcción dramática. De hecho, no respeta ni las normas del punto de vista, ni de la progresión y ni tan siquiera de la más elemental coherencia. Pero lo hace con conocimiento de causa. Poco le importan las reglas de lo que debe ser una buena composición, para el lo importante es la viveza de sus personajes, unos diálogos creativos en los que aúna el argot más indescifrable con la fuerza de la expresividad más colorida.

En el caso concreto de El hada carabina nos encontramos con un argumento que, ni tan siquiera al ser explicado explícitamente, tiene ningún sentido. Es el disparate en el mejor sentido del término, la acumulación de escenas sin aparente nexo de unión, que cuando en la parte final son reunidas, mantienen su extrañeza. Y esto, que en otros casos podría ser la manifestación de una incapacidad narrativa, en Pennac se transforma en forma de ser, en la justificación misma de una manera de entender la literatura como una experiencia libre y liberadora.

Editorial Folio
Edición en castellano en DeBolsillo

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