Ciertamente
el premio Man Booker no sirve para determinar el mejor libro del año
escrito en inglés, pues tal cosa no existe, pero la lista de sus
galardones puede ser útil para hacerse una idea del panorama
narrativo contemporáneo. El legado de la pérdida, de Kiran Desai,
joven escritora india ganadora del premio en 2006 , podría ser un
buen ejemplo de esta capacidad para detectar por dónde van los tiros
en la novela actual.
También
es cierto que entre los valores de El legado de la pérdida no está
la originalidad. Las historias cruzadas de un juez retirado del norte
de la india, su nieta huérfana que descubre el amor por primera vez,
las aventuras del hijo de su cocinero en Estados Unidos y el ambiente
de fondo de las luchas nacionalistas, aunque en paralelos diferentes
y con matices diversos, suena a literatura ya conocida. Incluso el
título tiene un inequívoco aire a lo Naipaul.
Por
ello, lo verdaderamente relevante de la novela es la perspectiva que
aporta Desai. Todo en El legado de la pérdida parece perfectamente
medido. La estructura, de apariencia dispersa, es en realidad un
juego de equilibrios muy meditado. Las vidas de los personajes, que
van apareciendo y mezclándose de manera caótica, al final confluyen
de forma inevitable. Así que es la personalidad de la autora, que
logra asomarse por encima de la profesionalidad del escribidor, lo
que dota al libro de verdadera alma.
A
lo largo de toda la narración se percibe una incomodidad en sus
personajes, ninguno se siente conforme en su piel. Los que han
conocido el progreso occidental se sienten confinados y cautivos en
el mundo estrecho de la India profunda. Pero es que el emigrante que
va a América en busca de oportunidades, solo encuentra desprecio y
desencanto. Y también los nepalíes se sienten discriminados
respecto a los indios. En esa dificultad de encontrarse a gusto, de
poder integrarse en una colectividad, reside la aportación más
decisiva de Desai.
Editorial
Salamandra
Traducción
de Eduardo Iriarte Goñi
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