Pese
a lo que pueda decir cierto autor algo confuso y a menudo confundido,
lo cierto es que habitualmente la mejor crítica literaria viene de
los mismos escritores. Y si Colm Tóibín es uno de los mejores
novelistas de la actualidad, lo que tiene que decir sobre algunas de
las figuras literarias más relevantes del pasado siglo es del máximo
interés. Por eso Nuevas maneras de matar a tu madre no defrauda:
cada artículo está redactado con la profesionalidad que se podría
exigir a un estudio académico y además tienen el plus de estar
escrito por alguien con la sensibilidad, la capacidad analítica y el
humor que se espera de todo gran novelista.
Es
cierto que el título de esta colección de ensayos puede llevar a
engaño, sobre todo porque la metáfora no está tanto en el verbo
como en el objeto. La “madre” de la que habla Tóibin pocas veces
es la verdadera madre de los autores que estudia, sino que en
realidad a menudo se refiere al padre (incluso a los hijos), o a la
tradición o a la patria (especialmente, Irlanda). En cualquier caso,
siempre se trata de autores que tienen que desembarazarse de una
pesada carga para conseguir la libertad suficiente que les permita
desarrollar su arte.
Cada
artículo se centra en señalados conflictos biográficos en los que
los escritores (de Henry James a James Baldwin) son vistos con
comprensión. Algunos pueden parecer más simpáticos (el trágico
Hart Crane) y otros insoportables (en esto John Cheever se lleva la
palma sin ninguna duda), pero en todos los casos Tóibin nos ayuda a
comprender mejor el proceso casi freudiano por el que tuvieron que
pasar todos los autores retratados para imponerse, y que pasaba por
destruir sus familias (una vez más, tanto en sentido figurado como
literal).
Se
podría echar en falta una mayor presencia del propio Tóibin en
estos perfiles. Pero ya sea por modestia o porque no lo encontrara
relevante, en ningún momento menciona la propia obra ni influencias
por otra parte evidentes. Si en la primera parte, dedicada a
escritores irlandeses, podemos comprender algo mejor el ambiente que
ha propiciado el que quizá sea el terreno más fértil del mundo
para criar escritores, en la segunda parte se completa esta
autobiografía fantasma con autores de todo el mundo, que comparten
el mismo desgarro entre la fidelidad a las raíces y la necesidad de
abrirse al mundo.
Editorial
Lumen
Traducción
de Patricia Antón de Vez
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