viernes, 16 de enero de 2015

Las mujeres piratas, de Henry Musnik


Por muy inverosímiles que parezcan las biografías que Henry Musnik reunió en Las mujeres piratas, lo cierto es que en ellas no hay espacio para la invención, más allá de la leyenda transformada en historia. Incluso aunque el estilo de Musnik pueda parecer ligero y más atento a la vivacidad que al rigor, según su propia confesión prefirió mantenerse fiel a los hechos que dejarse llevar por la invención, pues “la verdad mantiene el interés”.

Es curioso que de la vida de Musnik, prolífico escritor de principios de siglo, haya quedado ta poca memoria. También periodista deportivo, usó numerosos pseudónimos y firmó novelas detectivescas, de ciencia ficción y de aventuras. A tenor de su estilo en Las mujeres piratas, se podría decir que era un autor con facilidad para la redacción, una gran capacidad para dibujar escenas dinámicas y dotado con una expresividad muy directa.





En este libro hace un repaso a la historia de la piratería femenina desde tiempos medievales hasta la actualidad (la suya). En este recorrido no podían faltar las que quizá sean la piratas más famosas de la historia, Mary Read y Anne Bonney. Ambas tuvieron unas vidas tan novelescas que rozan lo increíble y podrían dar por sí mismas para varias biografías. Del Atlántico a China, de Arabia a La Coruña (a dónde llega junto a la compañera del sanguinario pirata gallego Benito de Soto), Musnik deleita al lector con todo tipo de aventuras, situaciones emocionantes y puro disfrute literario.

Otro aspecto curioso del libro es su decidido feminismo. Musnik en todo momento valora la capacidad de las mujeres para hacer el mismo trabajo tradicionalmente reservado a los hombres, incluso mejor que ellos. A menudo son presentadas como más valientes, más decididas... y más crueles. No hay juicio moral (excepto para condenar el lesbianismo, del que salva a sus protagonistas) ni condescendencia. Incluso en los momentos más sanguinarios, prima la admiración.

Editorial Renacimiento
Traducción de Renacimiento y Luis Alberto de Cuenca

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