Quizá
sería mejor leer Mi impresionante carrera sin saber nada de su
autora, no tanto por la sorpresa que supondría descubrir que fue
escrita por una adolescente, sino para evitar prejuicios y
condescendencias. Pero, en cualquier caso, aún sabiendo de la
precocidad de Miles Franklin, es inevitable no recelar en algún
momento de la veracidad de la historia, pues aunque Mi impresionante
carrera tiene toda la espontaneidad y el espíritu libre que se
espera de una autora tan joven, también tiene la perspicacia y el
fino análisis de la realidad que se esperaría de alguien mucho más
maduro.
El
inicio de la historia nos sitúa en esos paisajes evocadores que, a
la manera de W. H. Hudson en Allá lejos y tiempo atrás, rememoran
una infancia asilvestrada en territorios casi inexplorados. Pero si
en la literatura estás invocaciones suelen ser elaboradas y poéticas
(por lo tanto, embellecidas), en el caso de Franklin, que retrata sus
vivencias de apenas unos años atrás, su visión es mucho menos
lírica (aunque incluye descripciones de las grandes extensiones
australianas de una gran belleza) y más directa: para ella las cosas
todavía no son tan bonitas como la pérdida de memoria nos hará
creer.
La
originalidad del libro de Franklin se construye sobre las bases de la
tradición más trillada. Porque en Mi impresionante carrera no falta
ni la historia de amor imposible (con patito feo incluido), ni el
extraño alto y moreno, ni tan siquiera la herencia salvadora. Pero
es como si Franklin simplemente plantear estos tópicos para después
dinamitarlos. En una lucha constante con el lector, que espero que
tanto la autora como la protagonista acaben cediendo y se rindan a la
convención, al final siempre acaba por imponerse.
Porque
lo más atractivo del libro es el espíritu independiente y casi
salvaje de Sybylla, su protagonista. Ahora sabemos que Franklin fue
una mujer con las ideas muy claras, inquieta y activista en diversos
campos. Pero esto sería fácil de intuir tan solo fijándonos en las
características de Sybilla, esa muchacha menor de edad, vista por quienes la rodean como una marimacho pero capaz de
luchar contra las imposiciones que cree injustas, rebelde ante las
convenciones sociales, tenaz y decidida. Y que encima tenía un don
natural para escribir.
Editorial
Alba
Traducción
de Amado Diéguez y Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
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