Hace falta mucho tesón
para perseverar durante más de 30 años en el oficio de la escritura
sin obtener ninguna recompensa. Jean Rhys no parece una persona
especialmente estable y su durísima vida desde luego no le propició
el mejor ambiente para escribir (aunque, sin duda, sí la materia
prima necesaria para hacerlo con profundidad y perspectiva). Por eso
no deja de ser admirable su constancia, que finalmente, como en una
novela, le traería el fenomenal éxito de Ancho Mar de los Sargazos.
Si toda la bibliografía
de Rhys es autobiográfica, Ancho Mar no lo es menos. Y eso que se
trata de una renovada visión de Jane Eyre centrándose en el
personaje de Bertha (aquí Antoinette) y un Rochester muy diferente
al que conocíamos. Pero la experiencia de Rhys, su infancia en las
Antillas, su problemáticas relaciones personales y su visión
desencantada del mundo están presentes en cada página.
No se trata, pues, de un
juego metaliterario. Las novelas que adoptan a personajes de clásicos
para darles una nueva vida no suelen funcionar por lo que este juego
tiene de falso, de impostado. Pero si Rhys triunfa es porque se toma
su tarea totalmente en serio. Conoce a la perfección Jane Eyre, pero
solo para poder dejarla aparte. Su historia es totalmente diferente.
Sentida, personal, enrabietada.
Como explica Mª José
Coperías en su presentación, Ancho Mar puede ser interpretado de
numerosas maneras: desde la óptica de la literatura poscolonial a la
revisión feminista. Pero esos temas, muy interesantes, entran dentro
de la órbita del especialista. Lo que el lector se encuentra es un
drama íntimo, escrito con una maestría serena, abierto a multitud
de lecturas. Todo lo que se nos cuenta está como velado, siempre
parece que hay algo detrás que no se nos ofrece a las claras. Cada
personaje da su propia versión, incompleta y sesgada. Como en las
mejores novelas, es tarea del lector completar el trabajo. Ya nunca
leeremos Jane Eyre de la misma manera.
Editorial
Cátedra
Traducción
de Elizabeth Power
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