Es extraño que La luz de
la noche lleve como subtítulo “Los grandes mitos en la Historia
del mundo”, más que nada porque en absoluto trata sobre ello. No
sabemos quién sería el responsable de ese engañoso cebo, pero no
parece propio de Pietro Citati, cuya precisión no admite veleidades.
Lo que sí se podría decir es que La luz de la noche es un variado y
profundo estudio de hitos culturales, un paseo ilustrado que se
detiene en casos llamativos de la historia del arte, o incluso un
capricho de erudito.
Los conocimientos de
Citati parecen ser infinitos. Se siente tan cómodo al hablar de la
antigua Grecia como desvelando detalles de la civilización azteca.
Vuelve a Apuleyo como si fuera una obra escrita ayer mismo y se
apasiona con la génesis de La flauta mágica como si él mismo
asistiera a su confección. Ya sea como comentarista de las
tradiciones chinas o como brillante analista de literatura árabe,
Citate despliega no solo unos conocimientos enciclopédicos, sino una
habilidad narrativa que mezcla divulgación y rigor con soltura.
Por cierto, que en la
portada del libro también se extrae una cita según la cual La luz
de la noche es “bellísimo, más apasionante que una novela”, lo
cual nos parece doblemente equivocado. Por una parte, cualquier
ensayo puede ser más apasionante que una novela: solo hace falta que
la novela sea mala. Por otro lado, una expresión así hace pensar
que el ensayo es un género menor que solo en los contados casos en
los que descolla puede situarse por encima de la novela. Hay portadas
que, por mucho que se esfuercen, hacen un flaco favor a lo que
contienen.
Pero quedémonos con ese
interior, con este cuento de cuentos en el que todo es posible. En el
que viajamos por todo el planeta, por todas las épocas, descubriendo
personajes irrepetibles, adentrándonos en obras de arte capaces de
cambiar nuestra percepción de la vida, sorprendiéndonos a cada paso
con la inocencia del lector primigenio. Porque ese es el mayor valor
de Citati: pese a su impresionante bagaje, pese a que podría adoptar
la pose del que cree saberlo todo, mantiene el entusiasmo de quien
piensa que todavía le queda todo un mundo por descubrir.
Editorial
Seix Barral
Traducción
de Atilio Pentimalli Melacrino
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