lunes, 24 de noviembre de 2014

Mis páginas preferidas, de Ramón Menéndez Pidal


Una obra tan extensa y variada como la de Ramón Menéndez Pidal puede provocar recelos precisamente por su abrumadora prolijidad. Por eso, un libro de las características de Mis páginas preferidas, en el que el propio autor selecciona algunos escritos especialmente relevantes para él, supone una extraordinaria oportunidad para iniciarse en la obra de uno de los grandes sabios españoles del siglo XX.

Incluso en un libro con las limitaciones de Mis páginas preferidas queda patente la amplitud de conocimientos que poseía el maestro Menéndez Pidal. Aquí encontraremos eruditas consideraciones literarias, sagaces apuntes filológicos y hasta su muy personal visión histórica. El tiempo ha podido matizar algunas de sus ideas, pero la claridad de su castellano y su estilo, que aunque en muchos casos está dirigido a expertos es llano y comprensible, permanece inalterable.

Quizá actualmente se recuerda a Menéndez Pidal sobre todo por su perfil medievalista, y en los primeros artículos del libro demuestra el por qué de esta fama. Sus estudios sobre épica y romances no solo clarifican un tema especialmente oscuro y hasta entonces relegado, sino que son fascinantes en sí mismos, como cuando se centra en la leyenda de la condesa traidora y construye un absorbente relato de investigación.




Pero los dominios de RMP no se limitaban a la Edad Media, como demuestra en sus agudos análisis sobre Santa Teresa de Jesús, Cervantes o Lope de Vega. No hay controversia en la que el autor no participe, siempre aportando un punto de vista formado y unas pruebas que van más allá de la especulación para sustentar una posición que puede parecer excéntrica para finalmente ocupar un lugar predominante.

Curiosamente es al apartado filológico al que menor espacio reserva RMP en estas páginas preferidas, quizá por ser este el terreno más especializado. Pero aún así incluye algún artículo de sumo interés y todavía hoy de total actualidad, como puede ser las diferencias entre el español hablado a ambos lados del Atlántico y su posible transformación en dos idiomas diferentes con el paso del tiempo.

Pero la sección más discutible del libro es la que Menéndez Pidal dedica a la historia de España. Su visión nacionalista ha quedado hoy totalmente desfasada, y aunque es innegable su solidez argumentativa y muy valorable su sujeción a fuentes primarias, sus interpretaciones no se pueden leer hoy con la misma seriedad. Lo que no impide que el último de los textos recogidos, titulado explícitamente Las dos Españas y escrito en 1947, sea un ejemplo de su valor intelectual y personal. Menéndez Pidal era un católico liberal que como muchas otras personas se vio en medio de un fuego cruzado que devastó España. Desde su posición moderada, ya en una época tan temprana defendió la necesidad de una tolerancia mutua que permitiera hacer progresar el país y dejará atrás su secular división. En este caso, sus palabras sí que mantienen plena vigencia.

Editorial Gredos

No hay comentarios:

Publicar un comentario