lunes, 6 de abril de 2015

Goat Mountain, de David Vann


Más allá de corrientes literarias o modelos estilísticos, parece que de vez en cuando surgen algunas historias que “están en el ambiente” y que de algún modo se reproducen como memes a lo largo del mundo manifestándose en la obra de muy diferentes autores. Según cuenta el propio David Vann los sucesos narrados en Goat Mountain son profundamente personales y dieron origen al primero relato que publicó, pero lo cierto es que esta historia salvaje y de ambiente primitivo remite a otras novelas publicadas en los últimos años.

En Goat Mountain nos encontramos con un niño y su padre (en esta ocasión acompañados por el abuelo y un amigo de la familia) situados en medio de la naturaleza y enfrentados a un hecho violento. Los personajes se encuentran como fuera del mundo, en un lugar casi mitológico en el que no funcionan las mismas reglas que “allí fuera”. Es uno de esos territorios en los que, ya sea debido a un desastre ecológico o nuclear, o situados temporalmente en una época pretérita de decadencia y abandono, parece que el futuro y el pasado se mezclan en un presente desolado.




Pero este aroma a ya conocido no tiene demasiada importancia. Por una parte, es totalmente verosímil que como cuenta Vann se trate de una historia familiar con implicaciones que le han acompañado a lo largo de toda su vida. Pero por otro lado, es que el argumento es casi secundario. El incidente brutal que desencadena los acontecimientos es simplemente el punto de inflexión a través del cual se manifiesta el sentido atávico de la crueldad, la fuerza y el asesinato como compañeros inseparables del ser humano.

Los personajes de Gout Mountain parecen vivir en un lugar previo a la civilización en el que los instintos y la ley de la sangre proclaman su preponderancia. En ese choque entre un mundo sin reglas (o con reglas tan sanguinarias como las expuestas en el del Antiguo Testamento) y en el que el mensaje del Nuevo Testamento es tomado en su vertiente más represivo (Jesús es citado repetidamente, al igual que Caín, y la herencia de ambos es difícil de sobrellevar) se produce esta explosión en la que se mezclan el ansía de violencia, el instinto paternal y la lucha por la supervivencia. Y Vann no deja que nadie salga ileso.

Editorial Random House
Traducción de Luis Murillo Fort


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