Más
allá de corrientes literarias o modelos estilísticos, parece que de
vez en cuando surgen algunas historias que “están en el ambiente”
y que de algún modo se reproducen como memes a lo largo del mundo
manifestándose en la obra de muy diferentes autores. Según cuenta
el propio David Vann los sucesos narrados en Goat Mountain son
profundamente personales y dieron origen al primero relato que
publicó, pero lo cierto es que esta historia salvaje y de ambiente
primitivo remite a otras novelas publicadas en los últimos años.
En
Goat Mountain nos encontramos con un niño y su padre (en esta
ocasión acompañados por el abuelo y un amigo de la familia)
situados en medio de la naturaleza y enfrentados a un hecho violento.
Los personajes se encuentran como fuera del mundo, en un lugar casi
mitológico en el que no funcionan las mismas reglas que “allí
fuera”. Es uno de esos territorios en los que, ya sea debido a un
desastre ecológico o nuclear, o situados temporalmente en una época
pretérita de decadencia y abandono, parece que el futuro y el pasado
se mezclan en un presente desolado.
Pero
este aroma a ya conocido no tiene demasiada importancia. Por una
parte, es totalmente verosímil que como cuenta Vann se trate de una
historia familiar con implicaciones que le han acompañado a lo largo
de toda su vida. Pero por otro lado, es que el argumento es casi
secundario. El incidente brutal que desencadena los acontecimientos
es simplemente el punto de inflexión a través del cual se
manifiesta el sentido atávico de la crueldad, la fuerza y el
asesinato como compañeros inseparables del ser humano.
Los
personajes de Gout Mountain parecen vivir en un lugar previo a la
civilización en el que los instintos y la ley de la sangre proclaman
su preponderancia. En ese choque entre un mundo sin reglas (o con
reglas tan sanguinarias como las expuestas en el del Antiguo
Testamento) y en el que el mensaje del Nuevo Testamento es tomado en
su vertiente más represivo (Jesús es citado repetidamente, al igual
que Caín, y la herencia de ambos es difícil de sobrellevar) se
produce esta explosión en la que se mezclan el ansía de violencia,
el instinto paternal y la lucha por la supervivencia. Y Vann no deja
que nadie salga ileso.
Editorial
Random House
Traducción
de Luis Murillo Fort
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