Si se comienza a
leer La noche de todos los santos sin ninguna referencia, podría
parece que se trata del típico libro gótico-romántico de
principios del XIX, con apariciones, casas encantadas e incluso una
España idealizada. Esto se debe tanto a la atemporalidad de las
narraciones (apenas hay referencias cronológicas) como al estilo de
Hugh Walpole, que después descubriríamos anacrónico. Sin adoptar
las innovaciones de los dos James (Henry y M.R.), Walpole permanece
como el más fiel seguidor de la tradición, el último romántico.
Por eso es
imposible leer el libro sin tener en mente multitud de referencias
literarias (que llegan tan lejos, o tan cerca, como a Bécquer, cuya
huella es claramente identificable en Un clavel para un anciano).
Pero quizá lo más curioso es el influjo que emana del libro en sí.
Hemos leído tantos libros de Valdemar con un espíritu similar que
ya es imposible que al disfrutar un nuevo volumen no nos acompañe
algo del bagaje. Así, al leer La noche de todos los santos
es como si también nos impregnara el espíritu de Arthur Machen o
Sheridan Le Fanu.
Pese
a que por lo tanto se podría acusar a Walpole de falta de
originalidad, lo cierto es que da lo mejor de sí mismo cuando más
se atiene a las normas del género. La historia contada en primera
persona, la inclusión de elementos siempre en la frontera entre lo
racional y lo fantástico, los finales sorprendentes e inexplicables.
De hecho, es la subjetividad de la narración lo que dota a unos
cuentos de apariencia simple de multitud de significados.
Lo
mejor de Walpole también se encuentra en su construcción de
ambientes opresivos y amenazantes, siendo quizá el mejor ejemplo La
escalera, en la que una casa tiene personalidad propia y toma
decisiones de consecuencias terribles. También es curioso que en una
colección de relatos titulada La noche de todos los santos
se incluyan algunos cuentos que en apariencia se alejan por completo
del género fantástico. He aquí una pista que no deberíamos pasar
por alto.
Editorial
Valdemar
Traducción
de Santiago García
No hay comentarios:
Publicar un comentario