Si generalizamos un poco
(valga la contradicción), podríamos decir que François Truffaut es
el director francés favorito de los espectadores a los que no les
gusta el cine francés. La nouvelle vague supuso una caja de sastre
que en principio solo señalaba a los directores debutantes a finales
de los años 50 y principios de los 60, sin marcar principios estilísticos o políticos. Sin embargo, con el tiempo se ha tratado
de etiquetar a esta generación y hacer clasificaciones de “este
sí, este no”. Truffaut aparecería así como el más simpático,
el más cercano, el más querible de entre ellos.
Pero si la obra fílmica
de Truffaut evolucionó desde unos postulados innovadores, con
películas frescas, directas, atrevidas, para acabar produciendo el
tipo de cine del que antes había abominado, un cine de gran
presupuesto, con estrellas y artificioso, en su libro de reseñas Las
películas de mi vida optó por incluir mayoritariamente buenas
críticas obviando sus demoledores ataques al cine francés de
calidad con el que ahora se le podía identificar. Cierto que es
mejor glosar los valores de las películas que merecen la pena a
perder el tiempo con los bodrios que nos han amargado, pero en esta
elección también hay algo de autojustificación, de querer borrar
las huellas.
La escritura de Truffaut
es, no hace falta decirlo, muy cinematográfica. Repleta de términos
ingleses, avanza a saltos, de la exaltación y la reivindicación a
la defenestración cualquier oponente desinformado, y cuando le
conviene de un público obtuso. Es curioso que varias veces dice que
no se puede contar el argumento de cierta película... para a
continuación detallarlo en exceso. Porque llama la atención que
Truffaut dedique tanto espacio a contar “de qué van” las
películas, algo secundario y que entorpece la lectura.
En cualquier caso Truffaut
no fue un crítico académico, sino un entusiasta. Podía ver la
misma película cinco veces en una semana, desplazarse kilómetros
solo para poder asistir a una proyección anhelada. Sus
reconocimientos son sinceros y desprejuiciados. En un momento se
excusa por la pretensión de hacer una crítica de una película que
solo ha visto tres veces... Si sus análisis son más emocionales que
eruditos, lo cierto es que consigue transmitir su pasión y que al
lector le den ganas de volver a ver casi todas las películas de las
que habla: no se puede decir nada mejor de una labor de difusión
cinéfila.
Editorial
Flammarion
¿Sabes dónde puedo localizar este libro? Llevo meses como loco intentando conseguirlo.
ResponderEliminarGracias.
Hola, Francis. La verdad es que es complicado de encontrar, yo tuve que encargarlo en una librería italiana. En español es prácticamente imposible, pero he visto en Iberlibro algunos disponibles en francés e inglés. Te paso los enlaces:
Eliminarhttp://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?kn=the+films+in+my+life+truffaut&sts=t&x=0&y=0
http://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?kn=les+films+de+ma+vie+truffaut&x=0&y=0
Un saludo.
Más que complicado, imposible jajaja Llevo meses detrás de él y nada. También los he encontrado en inglés y francés, pero quiero dominar realmente el idioma en que lo lea para captar al cien por cien la lectura.
EliminarGracias de todas formas.