miércoles, 14 de mayo de 2014

Coral Glynn, de Peter Cameron


Hablar de “novela literaria” puede parecer cuando menos una redundancia, si no un absurdo. Pero en tiempos de autoficción, de reportajes novelados y de libros basados en hechos reales, una novela que se sumerge sin prejuicios en el terreno de la invención parece casi experimental. Incluso se podría decir que lo que hace Peter Cameron en Coral Glynn es una revisión de la novela romántica, pero de ser así no lo hace con ánimo paródico o con intenciones posmodernas al estilo de John Fowles en La mujer del teniente francés, sino que se toma el empeño muy en serio.

Esto no significa que Coral Glynn esté exenta de humor. Al contrario, uno de sus mayores atractivos es que en medio de las situaciones más melodramáticas, el autor introduce algunas gotas de humor que, sin llegar a provocar un efecto distanciador, si destensan la trama. Otra recurso utilizado con habilidad por Cameron es el uso de ciertos elementos explícitos que chocan en una narración por lo demás de estilo apacible y tradicional.




Así, de una novela que comienza con la frase “Aquella primavera, la de 1950, había sido especialmente húmeda”, el lector se puede esperar una historia sabida narrada de una manera convencional. Pero el logro de Cameron es jugar con las reglas de este tipo de novelas y aún así sublimar la historia. El libro se lee con facilidad, la voz de Cameron es profesional y efectiva, pero hay algo más que el don de saber contar una buena historia: la complejidad.

Sí, porque los personajes de la novela no son planos arquetipos usados a conveniencia por el autor para desarrollar un argumento de amores imposibles, muertes y traiciones. Lo que consigue plasmar Cameron en Coral Glynn es una historia de personajes creíbles, vivos, con sus contradicciones y sus motivos. Cameron consigue ese raro efecto de que lo que suceda en la novela sea a la vez natural e inesperado. Y cuando todo parezca haber terminado, llegará el momento de la verdad. Sin tener que recurrir al final abierto, Cameron plantea un no-desenlace que deja todas las puertas abiertas. Para comprender esto, habrá que leer el libro. 

Editorial Libros del Asteroide
Traducción de Patricia Antón


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