jueves, 29 de mayo de 2014

Días de ira, de Jorge Volpi


Jorge Volpi es conocido sobre todo por sus ambiciosas y panorámicas novelas, repletas de personajes e historias paralelas, en las que recompensa la lectura con un goce que solo proporciona la gran literatura. Pero Volpi también se ha aventurado en otros campos, no por más restringidos menos arriesgados. En Días de ira se reúnen tres relatos (aunque el propio autor duda a la hora de calificarlos, dada su extensión entre dos aguas) en los que esa misma imprecisión nominal se traslada a unos argumentos siempre esquivos, de interpretación dudosa.

A pesar del oscuro silencio es el más perturbador de los tres. Estamos ante ese aparente tópico en el que un escritor (además llamado Jorge) comienza a investigar la vida de otro escritor (el químico y poeta mexicano Jorge Cuesta) hasta el punto de meterse en su piel, casi de manera literal. La narración se vuelve cada vez más alucinada, más sucia e inquietante. Al final la confusión (en su doble sentido) será total, demostrando la posibilidad de un influjo fatal de las letras sobre la vida. O viceversa.




El segundo relato, Días de ira, tiene una construcción narrativa prodigiosa. Lo de juego de espejos se queda corto en esta historia en la que el narrador lee su propia historia contada por él mismo pero escrita, supuestamente, por otro (¿Jorge?), a lo que se suma el propio texto que está leyendo el lector y que se convierte en un recitado en tiempo real de lo que está pasando. Una vez más, la locura toma posesión de la realidad y el lector se encuentra tan desconcertado como su protagonista.

En su intento por definir este género híbrido entre novela y cuento, Volpi señala algunas obras maestras que ayudan a definir el concepto: La muerte de Iván Íllich, Los muertos, La metamorfosis... Sin duda textos que se sitúan fuera de categoría (también en su doble sentido). Y no costaría mucho incluir El Juego del Apocalípsis entre sus hitos. Esa precisión matemática necesaria para encajar una historia de extensión limitada y unos personajes complejos sin total capacidad de desarrollo es ejercitada aquí con absoluta soltura. Como en sus novelas, pero con un efecto reconcentrado, Volpi consigue fascinar al lector al guiarlo por un mundo en el que el fin de los tiempos puede manifestarse en la desaparición de un hámster.


Editorial Páginas de Espuma

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