Jorge Volpi es conocido
sobre todo por sus ambiciosas y panorámicas novelas, repletas de
personajes e historias paralelas, en las que recompensa la lectura
con un goce que solo proporciona la gran literatura. Pero Volpi
también se ha aventurado en otros campos, no por más restringidos
menos arriesgados. En Días de ira se reúnen tres relatos (aunque el
propio autor duda a la hora de calificarlos, dada su extensión entre
dos aguas) en los que esa misma imprecisión nominal se traslada a
unos argumentos siempre esquivos, de interpretación dudosa.
A pesar del oscuro
silencio es el más perturbador de los tres. Estamos ante ese
aparente tópico en el que un escritor (además llamado Jorge)
comienza a investigar la vida de otro escritor (el químico y poeta
mexicano Jorge Cuesta) hasta el punto de meterse en su piel, casi de
manera literal. La narración se vuelve cada vez más alucinada, más
sucia e inquietante. Al final la confusión (en su doble sentido)
será total, demostrando la posibilidad de un influjo fatal de las
letras sobre la vida. O viceversa.
El segundo relato, Días
de ira, tiene una construcción narrativa prodigiosa. Lo de juego de
espejos se queda corto en esta historia en la que el narrador lee su
propia historia contada por él mismo pero escrita, supuestamente,
por otro (¿Jorge?), a lo que se suma el propio texto que está
leyendo el lector y que se convierte en un recitado en tiempo real de
lo que está pasando. Una vez más, la locura toma posesión de la
realidad y el lector se encuentra tan desconcertado como su
protagonista.
En su intento por definir
este género híbrido entre novela y cuento, Volpi señala algunas
obras maestras que ayudan a definir el concepto: La muerte de Iván Íllich, Los muertos, La metamorfosis... Sin duda textos que se
sitúan fuera de categoría (también en su doble sentido). Y no
costaría mucho incluir El Juego del Apocalípsis entre sus hitos.
Esa precisión matemática necesaria para encajar una historia de
extensión limitada y unos personajes complejos sin total capacidad
de desarrollo es ejercitada aquí con absoluta soltura. Como en sus
novelas, pero con un efecto reconcentrado, Volpi consigue fascinar al
lector al guiarlo por un mundo en el que el fin de los tiempos puede
manifestarse en la desaparición de un hámster.
Editorial
Páginas de Espuma
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