miércoles, 4 de febrero de 2015

Titanes de la historia, de Simon Sebag Montefiore


Con Jerusalén y los dos tomos de su biografía sobre Stalin Simon Sebag Montefiore ha demostrado ser uno de los historiadores más conspicuos de la actualidad. Como tampoco le falta ambición ni entusiasmo, parece la persona idónea para acometer una empresa de la envergadura de Titanes de la historia, un recorrido a lo largo de 2.300 años de historia en el que retrata a alrededor de doscientos personajes que han cambiado la faz de la tierra.

Como indica el propio Montefiore en el prólogo, en los últimos tiempos la Historia se ha convertido en una disciplina que parece tener como pretensión asustar a los niños al querer acumular datos y teorías abrumadoras (lo cual está muy bien en el estudio superior, pero no como materia de introducción), cuando la Historia también es el relato de sucesos fascinantes, la vida de personajes monumentales y la reivindicación de un conocimiento que no tiene por qué se útil, pero del que siempre se sacan conclusiones. 





Inevitablemente en Titanes de la historia, dirigido a un público amplio y no especialista, Montefiore tiene que recurrir al esquematismo (no se puede pedir gran exhaustividad en un perfil biográfico de Julio César que ocupa tres páginas), y también se da por descontado cierto anglocentrismo (se habla de Ricardo III pero no de Felipe II, o de Pepys pero no de Dante), aunque el conjunto ofrece una visión amplia y variada de la historia a través de algunos de sus más destacados representantes.

Lo más desolador de la lectura del libro es que por cada Nelson Mandela que ha producido la humanidad han surgido diez Sadam Husein. Y aunque Montefiore se centre en estos colosos, queda la cuestión de cómo es posible que sus disparates más sanguinarios, sus locuras homicidas y sus sueños de destrucción fueran (y sigan siendo) seguidos por unas masas sufrientes pero también colaboradoras. Así que pese a resplandores de heroicidad y destacados casos de hombres y mujeres admirables, la sensación que deja es desoladora.

Editorial Crítica
Traducción de David León

No hay comentarios:

Publicar un comentario