Aunque De la vida de un inútil se presenta como una novela representativa del
romanticismo alemán (y con la como mínimo curiosa recomendación de
Hitler), en realidad el libro de Joseph von Eichendorff es más bien
una parodia de este movimiento literario. Sin llegar a las cotas de
rechufla que Thomas Love Peacock destiló en Abadía pesadilla, von
Eichendorff se lo pasa en grande a costa de un bobo amante de la
música y de la naturaleza que no se entera de nada.
En De la vida
de un inútil hay plebeyos enamorados de grandes damas, bandidos,
embaucadores y sustos. Incluso asistimos a uno de esos viajes por
Italia tan glorificados en la literatura de la época, pero en lugar
de un grand tour aquí el protagonista recorre paisajes y se
encuentra con tipos pintorescos sin ser consciente de lo que pasa a
su alrededor. Como si fuera un precursor de Forrest Gump, nuestro
violinista se pone a andar sin mirar atrás y sin un objetivo
demasiado claro.
Es verdad que el
concepto de “humor alemán” es un poco chocante, y más
proveniente de un romántico católico como von Eichendorff, pero lo
cierto es que De la vida de un inútil tiene un tono
despreocupado y bonachón, sin grandes pretensiones y con elementos
de un humorismo no forzado. Ni tan siquiera carga las tintas sobre la
bobería de su protagonista, quien después de pasar por numerosos
enredos siempre sale bien parado.
Von Eichendorff,
que era ante todo dramaturgo y poeta, no solo rellena su breve
narración con poemas alegres y sencillos, sino que dota a toda su
narración de un espíritu juguetón, de una comunión con la
naturaleza (en este aspecto sí muy acorde con los principios
románticos) y de una falta de pretensiones que hace de su lectura un
agradable divertimento que reivindica la sencillez y la falta de
pretensiones como secretos para llevar una buena vida. Al menos en
literatura, no es un mal consejo.
Editorial
Rey Lear
Traducción
de Ursula Toberer
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