viernes, 17 de octubre de 2014

Los extraños, de Vicente Valero


Aunque Los extraños se presenta como la primera novela del poeta y ensayista Vicente Valero, lo cierto es que todo parece indicar que se trata de un libro de recuerdos en el que la ficción, de existir (más allá de lo que de ficción tiene todo recuerdo) esta tan bien camuflada que es indistinguible de la realidad. Pero, a fin de cuentas, poco importa la etiqueta. Lo que tenemos es uno de esos libros que tanto nos gustan, esas indagaciones en la memoria familiar que rescatan a personas ya olvidadas a través de la evocación, del poder testimonial de la literatura.

Valero trata de traer al presente a cuatro excéntricos familiares que por algún motivo le han llamado la atención desde la infancia. Cuatro misterios cuyo nombre se invoca entre susurros y remordimientos. No hay nada vergonzoso en ellos, al contrario, sus vidas son desde cierta perspectiva heroicas, aún en su malogrado final. El autor mezcla la fascinación que sintió de niño por estas existencias al margen con su búsqueda ya en la edad adulta de explicaciones, de un una narración que dé sentido a meras intuiciones y palabras veladas.




En esta saga familiar a contracorriente conoceremos a un militar que parecía tener su existencia planeada al detalle pero que no pudo prever que el destino, que por mucho destino que sea, es impredecible; a un trotamundos melancólico que roza el tópico del obsesionado con el ajedrez pero al que redime su humanidad; a un espíritu libre avocado a sufrir por hacer lo que más le gusta y que jamás podrá sentirse a gusto; y para terminar, a un adelantado a su tiempo, una contradicción que podría vivir muy bien en sus rarezas, pero al que su época no podía tolerar.

Si siempre nos fascinan estar historias en las que el autor tiene el valor de exponerse ante el lector y a la vez tiene el pudor para no exhibirse, estos experimentos que tratan de recuperar el tiempo perdido, en Valero además tenemos que valorar una escritura sobresaliente. Con frases largas pero no virtuosas (una vez más, fondo y forman tienen que ir conjugadas para funcionar), meandros de una fluidez que encandila y predilección por el detalle bien expresado, Los extraños, sea debut o no, es un éxito total.

Editorial Periférica

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