Aunque
en esta edición de Mire al pajarito no hay ninguna indicación sobre
la fecha en la que los cuentos aquí reunidos fueron escritos por
Kurt Vonnegut, no cabe ninguna duda de que estamos en los años 50.
Esa mezcla de serenidad superficial que esconde los secretos más
turbios de la sociedad queda patente en cada uno de los relatos, y
aunque la mayoría de ellos tienen un final feliz (lo que por otra
parte no deja de ser sorprendente en sí mismo), de fondo queda
patente una insatisfacción profunda, manifestada por ejemplo en El
rey y la reina del universo, ambientado no por casualidad en los años
de la Gran Depresión.
Por
algún motivo no explicado, los relatos que conforman Mire al
pajarito solo se publicaron tras la muerte de Vonnegut. Este misterio
tiene una doble vertiente: en primer lugar, Vonnegut era un escritor
“profesional” en el más estricto sentido: publicaba para poder
vivir, lo que hace extraño que desechara estos cuentos sin tener un
buen motivo. Y este es el otro misterio, ya que se trata de cuentos
si no geniales, a menudo brillantes; irregulares, es cierto, pero
bien construidos y siempre con algún elemento que provoca
sobresaltos en el lector, algo que los hace diferentes.
El
Key Club de Ed Luby es el más extenso de los relatos y uno de los
mejores. Con una estructura y un ritmo que recuerda al mejor William
Irish, nos adentramos en una ciudad corrupta a sus más altos niveles
y seguimos las peripecias de una inocente pareja que se ve inmersa en
una pesadilla donde la injusticia es la ley. Otros relatos se apartan
del tanto del realismo social como de las historias detectivesca y se
adentran en terrenos más fantásticos, como el hipnótico Salón de
espejos, o cae en el simbolismo de la Guerra Fría, que hoy puede
sonar un poco forzado, caso de Las hormigas petrificadas.
También
hay en el libro sus buenas dosis de humor negro, como en el cuento
que da nombre a la colección, y junto a algunas historias un poco
banales, como El honor de un repartidor de periódicos, las hay realmente logradas, caso de la inquietante Las personitas simpáticas,
y otras en apariencia sencillas pero muy ingeniosas y ligeramente
psicóticas, como Gotitas de agua. Mire al pajarito no es uno de los
títulos por lo que Vonnegut será recordado, pero aparte de ser un
libro con valor propio, sirve para conocer algunos aspectos del autor
que no se ajustan a la imagen que tenemos de él, y por lo tanto
contribuyen a enriquecer su legado.
Editorial
Sexto Piso
Traducción
de Jesús Gómez Gutiérrez
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