En
los últimos años (quizá desde Shrek) se ha puesto de moda renovar
los clásicos cuentos de hadas, por lo común añadiendo toques de
humor y acción. Estas propuestas se presentan como rompedoras y
buscan agradar al público moderno con distanciamiento y cierta
condescendencia. Pero lo cierto es que pocas de estas revisiones se
atreven a llegar a ese lado oscuro que abunda en los relatos
clásicos, ese horror profundo y a menudo elusivo que convierte estas
historias en apariencia infantiles en perturbadoras lecciones
vitales.
Es
curioso que al leer La juguetería mágica pensáramos que uno de los
pocos directores que se han atrevido a dar este paso haya sido Neil
Jordan. Y decimos que es curioso porque En compañía de lobos, esa
estilizada, macabra e hipnótica versión de Caperucita Roja, fue
escrita por Angela Carter. Sin duda, se trata de un mundo muy
personal, un mundo totalmente reconocible, realista, sin artificios,
pero en el que lo siniestro acecha y el hombre puede transformarse en
monstruo sin necesidad de metamorfosis alguna.
De
hecho, pese a su título, en La juguetería mágica no hay nada de
magia, al menos de una magia perceptible. La narración es casi
constumbrista, sin alejarse de los esquemas más tradicionales: unos
huérfanos deben rehacer su vida acogidos por una familia excéntrica
en la que todo es tan fascinante como aterrador. Poco a poco, en
detalles casi imperceptibles pero que se cuelan en la mente del
lector, la situación se va haciendo cada vez más incómoda, más
rara. No hay juguetes que cobren vida ni fantasmas que aparezcan
cuando todo está oscuro: es mucho más terrible, porque el terror es
latente y real.
En
este caso Carter toma como referente a Barba Azul, y a través de
este personaje crea la figura del temible tío Philip, casi siempre
fuera de escena, pero cuya sombra causa un pánico genuino. Con leves
y esquivas referencias, con percepciones más sugeridas que
explicitadas, Carter va construyendo una historia que, como muchos
cuentos clásicos, puede interpretarse como una iniciación a la vida
adulta, con todos los miedos que esto conlleva. Pero en este caso la
salvación no llegará de mano del príncipe valiente, sino que solo
podrá producirse a través del fuego purificador.
Editorial
Minotauro
Traducción
de Carlos Peralta
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